MIGUEL DE UNAMUNO

Miguel de Unamuno nace en Bilbao en 1864. En 1883 se licencia en filosofía y letras. No es hasta 1891 en que el ahora afamado escritor de la generación del 98 consigue la cátedra de literatura en la Universidad de Salamanca; nueve años después se convertiría el rector de esa misma universidad. Unamuno durante su vida destacó por su fuerte carácter, su innovadora forma de hacer novelas o, nívolas como él las llamaba, por su brillantez en nivel académico y filosófico, y sobre todo por sus ataques (verbales) a la monarquía y a la dictadura de Primo de Rivera, que le costaron el exilio.

Novelas como San Manuel Bueno, mártir o Niebla son reconocidas en todo el territorio hispanohablante y, de hecho, hay a quienes todavía les sorprende el buen castellano que hablaba el catedrático y escritor, para haber nacido él en el País Vasco. Su labor como rector de la Universidad de Salamanca fue admirada por la gran mayoría de la comunidad educativa tanto fue así que cuando, por razón de la guerra, se obligó a Unamuno a abandonar el cargo, las revueltas y huelgas estudiantiles se levantaron durante mucho tiempo.

Por eso querido lector le dejo aquí un vídeo de conmemoración de su muerte en el que se recitan muchos de sus poemas y se cuenta, por expertos, su biografía y su carácter.

Igualmente les sirvo un par de frases suyas:

1 «Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento.» 
 
2 «Cuanto menos se lee, más daño hace lo que se lee.»
 
3 «Las lenguas, como las religiones, viven de herejías.»
 
4 «Existe gente que está tan llena de sentido común que no le queda el más pequeño rincón para el sentido propio.»
 
5 «El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.»
 
6 «Una de las ventajas de no ser feliz es que se puede desear la felicidad.»
 
7 «La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.»
 
8 «La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.»
 
9 «Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.»
 
10 «A un pueblo no se le convence sino de aquello de que quiere convencerse.»